Por Carlos Flores (www.emocionhipica.com).

En el día de ayer, tras aceptar una invitación del doctor Ángel Contreras hijo, me embarqué junto a mi padre y mi hermano en la ruta hacia Monte Plata donde pasaríamos una tranquila tarde en Rancho San Antonio, compartiendo y observando los futuros prospectos, la mayoría productos de algunas de las mejores yeguas que han visto acción en el Hipódromo V Centenario en los últimos años.

Tras ver más de 20 yearlings, incluyendo los hijos de Out Tricked, Patricia Minerva, Tolerancia, Mamá Elena, Odalsi y No More Drinks, quizás ya no había muchas cosas que pudieran sorprender a uno. Sicótico en No More Drinks, Sicótico en Out Tricked, Sicótico en Tolerancia… Cualquier amante del hipismo estaría lo suficientemente impresionado, ¿no? Lo que sucedería más adelante me haría ver que estaba equivocado.

Ya había caído la noche cuando aún estábamos bromeando y viendo ejemplares. Tras ver todos los sementales del haras, empezamos a ver las yeguas preñadas. Desfilaron Mora Klindo, Sunset Thomas y Daniela Sofia, las tres a pocas semanas de dar a luz. Apenas Daniela Sofía bajó de la tarima, todos volteamos la mirada al escuchar una voz a lo lejos que decía “¡la yegua va a parir!”. Inmediatamente rompimos filas. Mientras los trabajadores de la finca corrían buscando los materiales para asistir el parto, el resto de los presentes salimos en busca de nuestros celulares, cámaras y tablets para poder grabar tan peculiar acontecimiento.

La yegua Spanish Crusader acababa de romper fuentes y se disponía a parir cuando fue abordada por todo el equipo de la finca y fue llevada a un potrero con suficiente luz para que el parto pudiera ser asistido. La noble madre no se inmutó ante la presencia de las 16 personas a su alrededor y con una calma asombrosa, dio inicio a su labor de parto.

Todos los allí presentes estábamos deslumbrados pues estábamos a punto de presenciar un acontecimiento que muy pocos hípicos (e incluso criadores) tienen la oportunidad de ver. Apenas la yegua se recostó, sin dificultad, empezaron a salir las patas delanteras de producto. En un segundo intento salió la cabeza y poco después, con la ayuda del equipo, salió el resto del cuerpo de un precioso potro por el semental Tango Tales, que inmediatamente empezó a ser atendido por el equipo, mientras la madre agradecida observaba. Pocos minutos después, el recién nacido torpe y temeroso, fue recibido por su madre que le dio la bienvenida. En ese momento solo podía pensar que en cuestión de dos años aquella criatura que en un principio no lograba incorporarse, estaría viendo acción, compitiendo a toda velocidad en nuestro hipódromo.

Hay pocas palabras para describir la impresión que me causó, no solo el presenciar el nacimiento de aquel ejemplar, sino ver la forma en la que cada uno de los componentes del team de Rancho San Antonio realizó su trabajo asistiendo el parto; inspeccionando al producto, evaluando su conformación, cerciorándose de que tuviera buen tono muscular y buenos reflejos; ayudándolo a dar sus primeros pasos; así como evaluando la calidad del calostro de la madre para luego asistirlo durante el amamantamiento. De seguro me faltarán detalles que ahora no puedo recordar por la emoción del momento.

Fue un trabajo ejemplar, realizado por un equipo espectacular. Ver eso me hizo pensar en el slogan del RSA, “Solo una meta la excelencia”. Quizás la excelencia no sea algo que se pueda lograr en todos los productos (ni en los mejores haras del mundo) pero no tengo dudas, por la forma en que allí se hacen las cosas, de que ese es el principal objetivo del doctor Contreras y su equipo, encabezado por Dilson Sosa y Juan Jiménez.

Al final, la llegada de aquel visitante inesperado hizo que una grata visita a Rancho San Antonio se convirtiera en una experiencia magnífica.

Comparto con ustedes algunas fotos del nacimiento. Para ver más, pueden hacer click aquí.